Este es el slogan que utiliza el gobierno de Hugo Chávez para su campaña de elecciones. Sabemos que un idioma puede tener palabras y expresiones con diferentes significados según el país donde se emplee, o incluso su significado puede variar con cambiar el orden de las palabras o añadirle alguna otra. Por ejemplo, ese “Vamos con todo” sería difícil de entender en España con el mismo concepto que en Venezuela, aquí significa trabajar con todo el impulso, o también moverse a resolverlo todo. En España, al no tener la frase un sentido claro así, se le pondría rápidamente el “nos”, y entonces significaría que cuando acabemos nos lo llevaremos todo, o que ya sabemos que nos iremos pero no pensamos dejar nada para el que venga detrás… Algo así como lo que estamos haciendo con el planeta entero.
Me decía hace poco un amigo, francés, que no sabía si Chávez le hacía gracia o le daba miedo. Y claro, depende de donde seas, si eres español o francés te puede incluso hacer gracia, si eres venezolano o colombiano seguramente te dé miedo. Un amigo español me dijo hace tiempo (como con otros términos me dijeron en Ecuador de su presidente) que no le parecía demasiado malo si tenía tan preocupados y temerosos a los oligarcas del país. Y bueno, depende cómo se mire. Cuando en otros aportes del blog he hablado de los ricos, no me refiero en ningún caso a esos empresarios medianos, o incluso medianamente grandes, que tienen un buen nivel de consumo y producen riqueza, ese nivel es necesario para el desarrollo económico de un país (salvo que uno sea anacrónicamente comunista). Otra cosa es esa oligarquía que decide la economía de un país, que tiene su capital repartido en muchos países y se lo lleva en cuanto no le dan el suficiente beneficio, que más que consumir devora y más que producir riqueza la corrompe. Ese oligarca es el culpable, sobre todo en los países pobres, de las desigualdades sociales que luego acogen y justifican a populistas como Chávez. El problema es que tales populistas del siglo XXI, que no han llegado al poder por la fuerza y controlando de inmediato los resortes de la economía, lo primero que logran es espantar al capital de los oligarcas, que se va siempre con el mejor postor y rara vez tiene patria. Quizás la única utilidad de esos populistas es dejar claro a sus sociedades que ellos han llegado hasta al poder porque antes hubo desigualdades sociales extremas, y que mientras persistan esas desigualdades habrá razones para que el pueblo se levante y reclame.
Es posible que todo esto no tenga ya sentido ante la crisis que se avecina. Esta macrocrisis que puede lograr apropiarse del slogan de Ushuaia. Cuando el mundo se enfrenta a estas situaciones es cuando más quedan al descubierto las profundas injusticias de esta civilización avara que hemos desarrollado. Cuando a los bancos les va bien enriquecen a sus accionistas, cuando les va mal reclaman ayuda a la hacienda de todos. Claro que también se vería injusto obligarlos a devolver ahora lo que ganaron. Recuerda aquella frase de Bertolt Brecht: "¿Qué diferencia puede haber entre quien funda un banco y quien lo asalta?" Pues, desde luego, añado yo, el respeto que les otorga la sociedad y las leyes.
Retomando el tema de Chávez sería bueno dejar claro que no es igual a sus compinches: carece del justo origen de Morales, del talante negociador de Correa, del peso intelectual de Castro. Chávez es un militar megalómano, que seguramente ha optado por un discurso populista tan sólo por oportunismo, o por resentimiento hacia quienes alguna vez lo rechazaron por su color de piel, en un país muy racista que lo seguiría siendo igual, sólo que al revés, bajo la dictadura de los morenos. Ante el indiscutible fracaso del comunismo en países donde tuvo tiempo de sobra para desarrollarse por la fuerza, Chávez intenta ponerlo en práctica durante unos mandatos tan efímeros como cualquier otro tipo de gobierno en democracias electoralistas. El problema es que está tan convencido de lograrlo que da miedo. En la puerta de los cuarteles hay ya siempre un letrero con la frase: “Patria, socialismo o muerte. Venceremos”, al estilo de esa Cuba preparada para una transición inevitable, mientras se apropia de todo lo bolivariano con la intención usurpadora de que ya siempre se relacione al héroe con todo lo suyo. En su delirio “revolucionario” ha presentado cambios de leyes, en una Asamblea que aún controla, con imposiciones como que sólo puedan acceder a Internet funcionarios autorizados y turistas, o que quien tenga alguna habitación en su casa sin darle uso necesario sea obligado a cedérsela a quien no tenga casa propia, o prohibir que las mujeres vayan vestidas “indecorosamente” con faldas cortas o escotes (en un país tropical con más pechos desbordantes que en ningún otro). En Venezuela mucha gente piensa que, gane o pierda las siguientes elecciones, dejará de existir la democracia en su país. Si gana porque se creerá indestructible y gobernará como un caudillo más, si pierde porque preferirá antes un golpe de estado y una guerra civil que reconocer su derrota y abandonar el poder. En noviembre próximo hay elecciones intermedias, a gobernadores y alcaldes. La oposición ya tuvo hace unas semanas unas elecciones propias para elegir candidatos únicos, pues sólo así podrán ganar al oficialismo. Aunque, desde luego, ya no le apoya ni mucho menos la misma cantidad de gente que al principio, pues por entonces representaba un cambio necesario, todavía tiene mucho apoyo en las barriadas y las instituciones.
Con Chávez en el poder los españoles seremos cada vez peor acogidos por la Venezuela oficial. En las calles se utiliza como pintada de la oposición la frase: “Por qué no te callas” y supongo que nunca nos perdonará la cantidad de veces que hace años nos reímos de él en la TV por aquella frase en la que decía que “Victoria” se escribe con Be, tildándolo de ignorante, cuando la ignorancia era nuestra al desconocer que en esta parte del mundo se dice Ve “chica” a lo que en España se dice Uve (¿o quizás todos son unos ignorantes por no decir Uve como en España?) Pienso, con perdón, que todos los seres humanos somos unos ignorantes cuando estamos acabando con nuestra “casa-planeta” con tal de hacerla más “cómoda”, y seremos capaces de matarnos unos a otros con tal de que quienes queden puedan recuperar el “bienestar del progreso”. Las próximas elecciones presidenciales en Venezuela son en el 2012, pero es muy posible que para entonces nada de esto tenga ya sentido, y las urnas no sean más que un vestigio etnológico.
viernes, 10 de octubre de 2008
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4 comentarios:
Justo el otro día estuve hablando de tu manía (porque no me da la gana calificarlo de otra forma) apocalíptica.
Considero en cierta forma que tengo una apuesta contigo sobre este tema, solo que si tú ganas, no te va a merecer la pena que yo te lo admita, y si yo gano... pues mucho habrá que esperar para estar seguros de eso, así que...
Bueno, yo estoy más que harto de oir hablar de Crisis en este país, ya no puedo más. Sobre todo estoy harto de los "expertos", ahora das una patada a una piedra y salen expertos en economía a borbotones. Todo el mundo opina, y es lógico porque de esas todos tenemos alguna, ya se sabe. Pero lo que dicen algunos en medios de comunicación puede llegar y convencer a muchos. Y se dicen muchas burradas y barbaridades. Por cierto, aquí casi todo el conozco piensa de Chavez lo mismo que se podría pensar de un bulto sospechoso: asco (¿estará lleno de pus?), miedo (puede ser maligno o sólo un quiste de grasa, pero hasta que no lleguen las pruebas vives en el suspense acojonado), o simplemente ignorancia (de vez en cuando te rascas porque te pica pero poco más).
Por último decirte que entendí que las urnas serían un vestigio enológico, y me las imaginé llenas de vino y no lo entendí... pero es que una letra puede ser muy importante :-).
Un beso.
Hoy me he levantado un poco depre, he tenido pesadillas de sangre y fuego, será que mi manía del apocalipsis se está apoderando incluso de mis sueños. Estoy triste y a la vez cabreado. Pero del cúmulo de sensaciones que han despepertado las pesadillas la que más me jode sentir es miedo. Hoy siento miedo, no tanto a ese apocalipsis que no me dejará disfrutar de la victoria en mis apuestas (ya son varios quienes me lo han negado al punto de considerarlo también como una apuesta), si no al camino que nos falta recorrer para llegar a él. Quizás la crisis no sea más que una entelequia inventada por los economistas para que todo el mundo se interese por su especialidad, y viva la ilusión de creerse también un especialista, pero empieza por despertar el miedo social, y la gente con miedo se impide ser feliz.
No no no no no, ese miedo dejalo para personas como nosotras, que no creen en lo que tu crees y sòlo imaginarnos que pudiera suceder, el miedo invade nuestras vidas. Me encantaria que perdieras esa apuesta, de echo ya sabes que estoy convencida que la perderas. No permitas que se adueñe de tus sueños eso pensamientos que ya ni tu mismo puedas controlar, mas bien permite que otros pensamientos y hasta algunas ilusiones se adueñen de ti.
Anais dijo...
¿Miedo tú? No te pega nada.
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