domingo, 16 de marzo de 2008

Puerto Madryn, Trelew, Gaiman, Camarones. 1716 kms


Llegué el lunes pasado a la estación del tren. Había dejado la habitación del hotel porque no iba a esperar por la huelga de “señaleros”. Encima que me desaconsejaban viajar en tren, no iba a insistir de necio. En la boletería me dijeron que no sabrían nada hasta dos o tres horas antes de la salida. Así que lo descarté por fin. Salí en ómnibus a las 15:00 con destino Puerto Madryn, 1369 kilómetros, unas 18 horas seguidas, sólo una parada para dejar pasajeros. No se me hizo largo. La noche anterior estaba más nervioso que cuando volé para venir, y apenas dormí. En cuanto el ómnibus comenzó a atravesar kilómetros iguales de pampa húmeda, me quedé como un tronco hasta que anocheció, sobre un sillón comodísimo que se reclina hasta casi la horizontalidad. Una azafata nos trajo de cenar, después me concentré en la ruta, como si condujese, pues había sacado la plaza que coincide justo encima del conductor (en el Imperial, que se le decía antiguamente a la parte de arriba). Sobre la 1:00 bajé a la cabina del conductor (sólo allí dejaban fumar) y, mientras charlaba con él, me fumé dos casi seguidos para aprovechar. Después, dormí hasta el alba.
Puerto Madryn es una ciudad turística todo el año. El punto de partida para visitar la península de Valdés, un lugar con “animalitos” de varias especies marinas y terrestres. En invierno salen a fotografiar ballenas. Hay gente que viene desde muy lejos para ver toda esa fauna. A mí no me sedujo nada. Verme apiñado con un grupo de turistas en una furgonetita que trota casi 400 kms de rutas pedregosas. Paran en un sitio donde hay unos animales, los turistas bajan, hacen sus fotos y suben. Siguen, bajan, fotos, suben. Prefiero verlo en un documental de National Geographic. Huyo de los sitios con turismo, me empeño en mantener la diferencia, lo que me gusta es ser viajero.
Lo más simpático de Puerto Madryn es esta horrorosa escultura de Don Quijote y Sancho. Les acompañan dos perros y me cuentan que, durante una época, los jóvenes lugareños saltaban la pequeña verja y los sacaban a pasear por la ciudad. Los perros aparecían cada mañana en un lugar distinto, en un jardín, una plaza o un monumento. Hasta que los fijaron, entonces comenzó el destrozo de todas las figuras, que parecen de nacimiento cutre. El material es tan malo que a Sancho le falta toda la cabeza. Como añadieron al contármelo: Don Quijote no pertenece directamente a la cultura argentina, pero ya que decidieron hacerle un monumento…, que no fuese tan malo. (Lo mismo se piensa del que pusieron en Buenos Aires, que a mí me parece un borracho de cómic. Puse la foto anteriormente, porque en ese sitio me parecía apropiado y no se juntaba con esta otra foto).
El miércoles me quedé en Madryn para descansar de las dos noches anteriores y preparar lo siguiente. El jueves viajé a Trelew (67 kms.), una ciudad más grande y menos turística. No hay nada especial que ver, sólo es el centro neurálgico para dos excursiones: A la pingüinera más grande entre las continentales, y a un pueblo de origen galés. También es confluencia de rutas, y el único punto desde el que podía viajar en colectivo hasta el primer destino en mi descenso al sur: Camarones.
Hacia calor en la Patagonia y tenía pocas horas para excursionar, así que elegí la del pueblo galés: Gaiman (15 kms.) Todos los pueblos de este entorno son de origen galés, de ahí sus nombres. En el último cuarto del siglo XIX, el gobierno argentino decidió donar tierras a los galeses que quisiesen poblar esta zona ganada a los indios, antes de que lo hiciesen los chilenos, que intentaban colonizar la Patagonia para ampliar sus fronteras con salida al Atlántico. Gaiman es el único que conserva unos cuantos edificios de la época, y procuran sacarle provecho a lo que les queda de sus raíces. Con tenacidad: llegué a ver un cartel que anunciaba clases de galés a la población. Hay varios salones de té, al estilo de una casa rica en Gales. Tienen a orgullo que en uno de ellos estuvo nada menos que Lady Di. No sé, venir desde tan lejos sólo para tomar un té importado de su país. Lo mismo pensaba que iba a sentirse como en un Gales patagónico, pero aparte de algunas casitas y del té importado, todo lo demás se parece mucho a la Argentina.
Patagonia es una gran estepa recubierta de arbustos que no superan el metro de altura. Si ves a lo lejos un bulto que sobresale no es una roca, las piedras más grandes no superan el tamaño de una pelota de tenis, sólo puede ser un borrego o un guanaco, que de lejos se les ve inmóviles mientras pastan. También está la liebre de Patagonia, que no sobresale a lo lejos aunque casi es tan grande como una oveja y se parece a un canguro. Todos estos animales se ven a menudo desde la carretera. Como el colectivo no se detiene para que el pasaje haga fotos, aún no he conseguido ninguna con animalitos.
Lo mejor de Trelew, que en galés significa “Pueblo de Luis” porque lo fundó un tal Lewis Jones (primo hermano de Paco), es el hotel donde dormí esa noche. Se llama Touring Club, antiguamente era de los mejores, y hoy de los más baratos. Aunque ha sido reformado, pobretonamente, conserva el encanto de su pasado. Tienen un folletito con su historia, aseguran que allí se hospedaron Butch Cassidy & Sundance Kid (aquellos asaltantes que interpretaron Newman y Redford) cuando emigraron a Patagonia para robar con más impunidad. Y que también se hospedó Saint Exupéry (que además de imaginar al Principito pilotaba un avión correo por esta zona).
No está mal Trelew para no tener nada especial.
El viernes a las 8:00 AM salí en dirección Camarones. 250 kms más. 4 horas en un colectivo bastante viejo. Sólo hay 2 hoteles y unas cabañas. Me instalé en el más barato, aún así no tanto, pero es familiar y me siento cómodo. Ya me avisaron que según avance hacia el sur saldrá todo más caro que en el resto del país. Aquí pretendo estar dos semanas, o tres, porque esta próxima es Semana Santa y complica mis propósitos. Pretendo hacer un reportaje, si la gente se deja entrevistar. Durante el viaje me informé de algunas cosas, como que ¡aquí también! hay una oficina de turismo. Lo quieren promocionar. Una vez instalado fui a informarme. Conversé un rato con dos señoras y de allí fui al ayuntamiento (que aquí se llama intendencia.) Me entrevisté con la concejala de turismo, que me dio un listado con nombres y teléfonos de quienes debería entrevistar, y los alrededores más interesantes para grabar. Hizo bien su trabajo, sólo falta saber si la gente se dejará entrevistar frente a una cámara manejada por un tío solo. Ya veremos.
He pasado toda la tarde metido en la habitación. Me he visto una peli en el portátil y luego he redactado estos dos últimos capítulos. Ahora llueve furiosamente y el viento sopla con fuerza, aunque sigue sin hacer frío. Me asomo a una terraza para ver la tormenta sobre el pequeño muelle de pesca. Es un lugar con encanto. El próximo artículo del blog será sobre Camarones.

6 comentarios:

lola dijo...

¡Hola cariño! Envidia, puta envidia. Eso es lop que siento. Sobre todo porque para una mujer todavía hoy sería impensable ese viaje. También me da mucha alegría por tí. Tengo la impresión de que estás disfrutando. De que ya se ha iniciado el viaje iniciático. ¡Y lo que te queda!. Hasta hoy apenas he tenido tiempo de meterte en la página. prometo hacerlo más a menudo. Te echamos mucho de menos. Te queremos. otro día te escribo más y mejor.Un beso muy fuerte y ¡ánimo!. esto es lo que te vas a llevar pa el cuerpo y pa el alma. Lola y Nani

Unknown dijo...

Pregunta: porque no tendríamos OFICINA DE TURISMO??? te sorprendio eso???? que pensabas???

Cambiando de tema, Hernán dice que escribi mucho, la verdad es que ni en mi blog escribo tanto, pero cuando leo tus posts me salen solitas las palabras... esta mal???

Besos, Silvi

Unknown dijo...

jajajaja!! Silvina me parto!! tus comentarios me matan! jajaja!! además que los vas publicando 5 minutos antes que yo y esto lleva camino de convertirse en un chat!! Pasa de Hernan que un pelota!!jeje
que bueno!
Podemos crear un foro de discursión en el blog de Richi...
besines

Unknown dijo...

Claro!!! Bea tenes razón!!! me habia olvidado que mi amorci es un pelota!!! jajaja

Besos, Silvi

Anónimo dijo...

Agrego un comentario a tu nota, Gaiman no es una palabra galesa sino tehuelche, "punta de piedra" o "piedra de asentar"

Unknown dijo...

Recien encontre este comentario. Me gusta el desarrollo.