domingo, 18 de mayo de 2008

Nieva en el sur del Sur

Cuando aún estaba en Camarones hablé por teléfono con mi madre, le dije que había comenzado el frío y que en unos días salía para el sur. Ella, sin pararse a pensarlo, respondió con alegría: “¡Ah, bueno! En el sur siempre hace más calorcito”. Se dio cuenta enseguida, en cuanto dije que yo ya estaba bastante al sur. Y aquí, en el sur habitado más al sur del mundo, esta semana ha caído una gran nevada. Aunque dicen que sólo es un aviso, que las buenas caerán a comienzos de junio, pero creo que gran parte de la recién caída ya no se descongela en todo el invierno. El miércoles amaneció con las calles cubiertas de hielo, sin haber nevado aún. Ese día salí más o menos temprano (aquí amanece ahora sobre las 9 y el sol, más que salir, parece como si rebotara entre los picos del norte). Tuve que subir una cuesta y pensé que necesitaría crampones y piolet para conseguirlo, al final aproveché un momento que no venían autos para seguir sus huellas. Después, para bajar, menos mal que tengo los pies grandes y sé esquiar. Esa noche comenzó a nevar. No podía dormir y a las 2 AM me puse a experimentar fotos desde las ventanas de mi habitación. (Aquí están las dos que más me han gustado). También aproveché el insomnio para decidir qué quiero hacer en las próximas semanas, y ya lo tengo claro. Bueno, todo lo claro que llego a tener este tipo de decisiones…
El jueves amaneció con una capa blanca sobre Ushuaia y en cambio el cielo estaba despejado, algo que avisaron no sucedería ni viernes ni sábado. Había estado esperando a que nevase para ir al Parque Nacional Tierra del Fuego y ese era el día perfecto. Más aún que el mar me gusta ver montañas, y si están cubiertas de nieve mucho mejor. Aquí en Ushuaia se mezcla todo eso divinamente. La primera foto se la hice a la Posada nada más salir, una de mis ventanas se ve detrás del árbol, en el primer piso, la otra da a la calle desde donde hago la foto y no es posible verla. Esa noche habían dormido otros huéspedes, un matrimonio de cardiólogos colombianos para quienes la nieve resultaba tan exótica como su país para un noruego.
En la combi que me llevó al Parque daban a elegir si uno quería bajarse en alguna de las dos paradas anteriores al final y continuar a pie. Fui el único que optó por esta posibilidad, aunque no era para tanto el frío ni la caminata, me bajé en Bahía Lapataia y allí me dejaron solo. Gracias a esa decisión, y al hermoso paseo, pude conocer algunas de las partes más bonitas del Parque. De entrada me hice un autorretrato en el punto más fotografiado de Tierra del Fuego. Hay monumentos que ya parece como si su única razón de ser fuese que los turistas se fotografíen por delante de ellos: la Torre Eifel, la Estatua de la Libertad, la Puerta de Alcalá…, y éste, en su modestia, es el que corresponde al fin del mundo.
Durante el recorrido me acerqué a ver la ciudad de los castores, o Castorera, con sus muros bien blanquitos y sus aguas bien fresquitas. Esperé un buen rato con la esperanza de que saliese alguno a recibirme, pero luego me dijeron que cuando hace tanto frío se quedan en la cama.
También pude acercarme a la Laguna Negra, tan negra que parece azogada como un espejo, y se ve mejor el paisaje reflejado que directamente. Esta laguna está rodeada, o invadida, por una turbera protegida ecológicamente…, lógicamente, al estar dentro de un Parque. Aún no sabía que dos días después conocería una turbera explotada como una mina a cielo abierto.
También vi rincones hermosos, flora y fauna autóctona, ríos, montañas… En fin, lo que es un Parque Natural. La mayor singularidad de éste es que es el último que hay en el planeta yendo hacia el sur.
Al día siguiente, viernes, se pasó la mañana nevando sin parar y la tarde con amenazas continuas. Me comporté como si viviese aquí, por la mañana fui al super, al banco, a correos…, y después de comer me encerré a trabajar en mi habitación mientras veía tras los cristales una tarde de perros.
El sábado amaneció nevando y pensé que quizás no pisaría la calle. Pero de pronto sonó mi teléfono. Era un geólogo a quien he conocido por un contacto de Bs As que me llegó vía México. Me había invitado a una cena muy agradable en su casa a principios de semana, y ahora me llamaba por si quería acompañarlo a una turbera que tiene en explotación. Fue una experiencia estupenda, a pesar de que me nevó encima casi todo el día, y que me puse a trabajar un rato con los muchachos que tiene, lo que me ha supuesto un tirón en la espalda que hoy me tiene doblado, más aún de lo que acostumbro. Una turbera es un terreno pantanoso, una antigua laguna, en cuyo interior ha crecido más materia orgánica de la que se descompone. Esos cubos de materia que se arrancan directamente del suelo se usan sobre todo en jardinería y son como grandes ladrillos de adobe que se dejan secar.
Al cachorro de la foto lo llevé a mis pies todo el tiempo. Todos necesitamos que nos hagan caso pero no siempre sabemos agradecerlo cuando al fin ocurre. Tuve que pillarlo desprevenido y rápido para poder retratarlo desde abajo y que se le viese la cara.
Me ha gustado mucho el poema de Benedetti, querida Babs, y si lo había leído no lo recordaba. Pienso (con perdón) que necesitamos vivir como si fuéramos inmortales, porque empezar cada día con la idea de que es el último sería como si nos obligasen a bailar con los ojos vendados al borde de un abismo. También me ha hecho pensar esta otra frase que leí hace muy poco, del pensador (ese sí) Max Stirner: "Todo interés hace de mí, cuando no sé desprenderme de él, su esclavo, y no es ya mi propiedad, yo soy la suya".
Ya se me olvidaban otras dos cuestiones importantes de la semana: sigo mal del oído, pero como la única solución es tomar más antibiótico voy a esperar 2 ó 3 semanas para no acabar inmune al medicamento. La otra es que llevo toda la semana sin dar siquiera una calada a un cigarrillo, y espero seguir así.
Bueno, ya me he cansado de escribir. Creo que esta próxima semana me iré a vivir unos días ¿? al centro de la Isla Grande de Tierra del Fuego, a la más pequeña de las tres únicas poblaciones que hay en el lado argentino de la provincia, a un lugar llamado Tolhuin.
Copos de nieve
Meteoros acuosos
del mar celestial

5 comentarios:

Unknown dijo...

Hola Richard, que lindas las fotos de este post, me encantan... y el súper perro!! que bueno, me gustaría ir.... seguramente lo hagamos, algún día... Antes de venirnos para acá, nos fuimos con Hernán de viaje de despedida al norte, y es una verdadera maravilla. Salta, Jujuy y poquito de Tucumán. El norte no tiene desperdicio, como el sur... por si te animas a llegar al norte, totalmente recomendable... y sí, tenes razón, conozco más España que Argentina.... a veces cuando hablo con mis compañeros de trabajo dicen que conozco más que ellos... esto se lo tendría que haber dicho a la funcionaria de la policía, que me hizo la entrevista hace unas semanas por mi nacionalidad. Me pregunto que porque quería la nacionalidad española... no quieras saber que respondí.... pero si le hubiese dicho lo bien que conozco la madre patria hubiese sumado puntos seguro.....

Que mal lo del oído.... es horrible... pero que bueno lo del cigarrillo!!!! dejar de fumar y en la Patagonia!!!! Jajaja cuanto glamour!!!! Viajar miles de kilómetros para dejar de fumar en plena naturaleza.... y bueno... ni que hablar de tus cambios de residencia.... vivir en el centro de Isla Grande hasta que te aburras o conozcas un lugar más lindo... envidiable...

Leí que Marta en sus comentarios te decía lo de los vuelos a las islas Malvinas, que están a buen precio, vas a ir?

Por acá todo bien, contando los días para ir a Buenos Aires, ya falta muy poquito, que bueno que bueno que bueno!!!!!!!!!!!!!!! El verano se niega a llegar a España, los días están bastante feos, no hace frío pero el calor no llega más!! Esperemos que para nuestro regreso a Madrid, en junio, el verano se haya instalado totalmente. El resto de la pandilla, bien, trabajando, haciendo entrevistas, con proyectos y planeando la reunión del sábado para ver Eurovisión!!! Jajaja un horror!!!

Espero que el bajón ya haya pasado... seguramente paso un poquito, no? Debes haber recibido el empujoncito enviado desde España para que estés mejor.... En el comentario que nos dejaste en tu blog, decías que vas a estar más al norte, a donde pensas ir? Para Chubut, a Esquel? Te vas a acercar al Volcán de los vecinos??? Pensalo ....

Bueno, nos mantenemos en contacto. Ci vediamo. Silvi

Anónimo dijo...

Un beso. Anais

Anónimo dijo...

Como siempre: ¡¡SSSSSSstupendos el relato y las fotos!!!
Voy a destacar dos fotos:
Por fin veo lo bien que ha quedado el ala nueva de la Posada (a la derecha de la foto). Hace 5 años era solamente un esqueleto. Así que ahora tiene más habitaciones.
Y, por supuesto ¡¡la obligatoria del Fin, Fin, del Mundo!! ¡¡Llegaste!!

Cuando estuve allí era verano (cuando nunca anochece, porque el sol juega a encontrarse con sí mismo - eso queda tan abajo, que tiene que dar menos vuelta). Ahí en Lapataia, hay una caseta y un embarcadero de madera. En la caseta habian puesto un letrero: "Embajada de la República de Isla Redonda", que es la que está justo enfrente y como su propio nombre indica, es redonda. En realidad era Oficina de Correos, tienda de recuerditos y sello en el pasaporte para todo el que pagara 1 peso. La llevaban dos tipos, padre e hijo, que decían ser el Jefe de Estado y el Jefe de las Fuerzas Armadas. Por supuesto, en la isla no vive nadie. Dos locos lindos.

A mí me pasó al revés que a Silvi: empecé a escapar al mismo tiempo que empecé a caminar. En Bs. As. me dejaban sentada a la puerta de casa y yo cruzaba el pasaje (no calle y sin coches) y me iba a la Escuela de Danza que había en la vereda de enfrente, donde intentaba hacer ballet con sandalias (pasado un tiempo me tuvieron que comprar las zapatillas de punta). En la chacra, levantaba el cierre de la puerta del jardín con un palito y ya estaba fuera, rodeada por al menos una docena de perros salvajes (se hacían de la casa donde los chacareros les daban de comer). Impepinablemente, me encontraban en el corral, entre las patas de vacas y caballos. Si a eso añadimos que mi abuela tenía muchos hermanos, algunos vivían lejos, viajaba para verlos y me llevaba en la maleta, ya tenemos una viajera empedernida. Conozco mucho de Argentina, pero también es mucho lo que no conozco. Me pasa lo mismo con España y el resto del mundo.

Ahora que no puedo viajar, me encanta que otros me cuenten sus andanzas. Por eso me he hecho fan de tu blog. Aunque no te conozco personalmente, ya sé que, al menos, tienes un defecto: siempre dices que estás cansado de escribir. ¡¡Pero yo no estoy cansada de leeeer!!

Espero tus noticias desde Tolhuin (que no conozco).

¡¡¡Que se te pase el malestar de oído!! Y ya que estás en Ushuaia y sabes esquiar, tienes que hacerlo algún día, que queda muy cerquita.
Marta

Anónimo dijo...

Que alegria Richi, ya esta sen el fin del mundo y disfrutando tanto.Creo que despues de algunas semanas de ver tanta nieve ya te acostumbras y no estas tan pendiente de ver al hombre del tiempo, te dara todo igual, verdad?
Me gustaron mucho las fotos,la pasada esta cerca del centro?
muchos saludos
HERNAN

Anónimo dijo...

Menuda nevada! (menuda precisamente no, pero ya me entiendes...) Me encanta la nieve. Aquello tiene que ser precioso, no entiendo como la gente no aprovechó para caminar, pero los grupos turísticos son así. A nosotros en Egipto nos llamaban los tardones, porque allá donde nos soltaban a mirar "piedras", nosotros nos quedabamos más tiempo del estipulado por el horario, contemplando mientras el resto ya estaba de camino al bus.
Por cierto, por si eres fan de eurovisión que sepas que no hemos ganado, pero viéndolo por el lado positivo, no quedamos tan mal para la coña de tema que llevábamos. Divertido fue, jeje.
Besines
Babs