jueves, 1 de enero de 2009

Managua, San Salvador, Ciudad de Guatemala, Ciudad de México

No puedo decir que conozca Honduras, aunque ésta haya sido la tercera vez que entro en el país. Cuando vivía en Nicaragua fui a comer un par de veces a Choluteca, la ciudad más cercana a la frontera, y ahora, el 7 de diciembre, he atravesado el trozo de carretera Panamericana que separa Nicaragua de El Salvador. Dicen que en Honduras hay un nivel de vida un poco más alto que en Nicaragua, pero desde un vehículo y por esta zona no se nota ninguna diferencia, ni de paisaje ni de población. Siempre los pueblos crean sus diferencias, pero el viajero, en algunos lugares, sólo percibe que pasa de un país a otro porque lo hacen esperar en el puesto migratorio para poner un sello en su pasaporte.
Precisamente por esa cuestión de los pasos fronterizos me veo en la obligación de pasar la noche en San Salvador, aunque el pasaje que he sacado cubra el trayecto entre Managua y Ciudad de Guatemala. Me parece muy bien porque así no viajo de noche y puedo conocer un poco de El Salvador, que de otra forma habría visto también muy de pasada. Llego a la capital sobre las 17:00 horas y aún me da tiempo a pasear por el centro. Veo una ciudad pobre, aunque pasamos por una zona nueva de casas caras. El centro está lleno de puestos callejeros, con productos navideños en los de la plaza principal…, resalta un Palacio Presidencial, un buen Teatro Nacional… No me parece nada diferente de lo que pudiera encontrar en cualquier otra ciudad de Centroamérica. En la misma terminal de la compañía (Tica Bus) hay un hotel bastante triste, pero suficiente para pasar la noche, y conviene no moverse mucho porque a las 5:30 hay que confirmar el boleto allí mismo para salir a las 6:00.
Hace veintiún años pasé varios meses en Guatemala, colofón de un viaje por México al que dediqué poco más de un año, como el de ahora por el continente. En aquella ocasión llegué a moverme bastante por el centro de la capital, por unas calles que ahora me cuesta reconocer. No es tanto porque esa zona de la ciudad haya cambiado, en realidad es más bien mi memoria la que no conserva un recuerdo nítido. Han pasado muchos años, y sobre todo muchas otras imágenes que han necesitado disminuir o borrar espacios de disco duro. Reconozco algunos edificios por donde llegué a pasar muchas veces; otros muchos que ya debían existir por entonces me resultan ahora nuevos y otros que creía recordar con exactitud han desaparecido, o seguramente sólo los he desubicado. Veo que la ciudad ha crecido mucho, pero por zonas que antes tampoco conocía, pienso que el centro ha cambiado menos de lo que me parece, de lo que mi capacidad de recordar aquellos años le atribuye. Al final me quedo solamente una noche, pensaba pasar alguna más pero tengo demasiadas ganas de llegar a México, me invade una sensación de angustia que me resulta nueva, una mezcla extraña de temor y entusiasmo.
Nunca había tardado tanto tiempo en regresar a un sitio conocido. Me da miedo llegar a México, reencontrarme con un tiempo remoto que no tuvo continuidad, reconocer con excesiva nitidez los cambios desagradables que me he ocultado de mí al compararlos con el evidente reflejo de los que observe. Pienso que un reencuentro con el pasado lejano puede ocasionar un encontronazo con el presente, una visión demasiado descorazonadora del tiempo perdido.
El primer impacto me lo llevo en la frontera entre Guatemala y México, la que se llama Talismán. La conocía bien, pasé por aquí varias veces en aquella época, pero en concreto una noche estuve dando vueltas entre el barracón de inmigración y la línea en mitad del puente que separa los dos países. Preso en un camino de unos 50 metros de largo, encerrado en la selva. Era casi medianoche cuando pasamos dos jóvenes melenudos que desde hacía tres días apenas dormíamos; dos policías, de los llamados judiciales, decidieron registrarnos a fondo; a mi amigo le encontraron un poco de marihuana, apenas cinco gramos, lo que entra en un cigarrillo, y como tenía pasaporte mexicano se lo llevaron preso; mientras a mí me retenían el pasaporte hasta que al día siguiente tuviese una entrevista con la jefa de inmigración, que decidiría si me dejaba pasar al país, donde residía y trabajaba ilegalmente desde hacía más de un año. Aquella noche apenas paré de pasear, y de pensar en los argumentos que convenciesen a la señora licenciada para que me dejase volver a mi casa en el Distrito Federal. El principal argumento era que yo no llevaba nada, suficiente para que me dejara pasar. A mi amigo lo soltaron una semana después, sin necesidad de que el grupo de allegados hiciésemos nada para sacarlo, que fue el mejor consejo de entre todos los que nos dieron.
Esta noche, del 9 al 10 de diciembre, mientras hago en autobús el trayecto entre Tapachula y el DF, comienzo a rememorar muchas de las situaciones que viví durante los siete años que pasé en este país, y no puedo evitar unas lagrimitas de nostalgia, de una melancolía que es tristeza y gozo a la vez. Hace veintiún años que pisé México por última vez, durante una vida que no he dejado en ningún momento de saber mía, aunque a veces se represente en mi memoria como una película que vi hace muchos años. Sólo me queda claro que hoy comienza un año más, y que es el primer día del resto de mi vida.
Selva glotona
De tormenta y calor
Defecas verde

4 comentarios:

ssacasa70 dijo...

Hola, podrías decirme cuanto tiempo conlleva llegar a Choluteca, saliendo de Managua a las 3:00 a.m. Mi correo es ssacasa70@gmail.com, espero tu respuesta. Gracias de antemano. Feliz Año Nuevo.

Anónimo dijo...

Mil besos. Anais

Anónimo dijo...

Hola, ya sabras quien soy verdad?, que paso con tu aventura? toda historia, toda eventura y tods los cuentos tienen un final, falta el de esta aventura, animate y termina esta historia, quizas la aventua mas fascinante de tu vida.
TQM

Anónimo dijo...

Deseo hacer un viaje por tierra desde Ciudad de Guatemala, pasando por San Salvador, Tegucigalpa hasta llegar a Managua. ¿Qué consejos podría darme para viajar por tierra? ¿En qué empresa de transporte terrestre puedo viajar? ¿Qué tal son las condiciones de la Carretera Panamericana? ¿Qué tal es Tica Bus? ¿Cuánto tiempo me gastaré deteniéndome en cada capital? Perdóneme la molestia. Mi correo es glorigaitan@yahoo.es. Muchas gracias y nuevamente excusas por mi impertinencia. Cordialmente, GG