domingo, 21 de diciembre de 2008

¡Ay Nicaragua, Nicaragüita!

Así dice una canción de Carlos Mejía Godoy que se convirtió en himno de la victoria sandinista, casi en el nuevo himno de Nicaragua. Eran otros tiempos, aquella victoria fue paradigma de las luchas latinoamericanas contra las viejas dictaduras, el ejemplo de que esas luchas no habían concluido en Cuba ni muerto en Bolivia. Por entonces, los sandinistas pensaban que no cometerían los mismos errores de aquella URSS que demandaba cambios, o esa Cuba que no levantaba cabeza ni dejaba que sus ciudadanos lo hiciesen. Eran otros tiempos. Los nicas estaban entusiasmados con sus perspectivas de cambio, en las primeras elecciones ganó el Frente por amplia mayoría y colocaron a Daniel Ortega de presidente. Después vinieron los años de guerra contra la Contra, las siguientes elecciones de 1990, la derrota del Frente Sandinista en las urnas, los 16 años de oposición. Se cuenta que cuando el Frente perdió frente a la Unión opositora, Fidel le dijo a Daniel que nunca debió hacer elecciones, que ya nunca recuperaría el poder. Quizás sea por eso que una vez recuperado democráticamente no esté dispuesto a perderlo por ninguna vía. Como si hubiese aprendido la lección, como si estuviese arrepentido de haber sido demócrata. Hoy Carlos Mejía Godoy, uno de los personajes nicaragüenses más conocidos en el mundo hispano, tras Rubén Darío y junto a Ernesto Cardenal, no pertenece al Frente e incluso está enfrentado, les ha llegado a pedir que no utilicen sus canciones sin pagar derechos. También el sacerdote poeta abandonó el Frente, y la mayoría de los intelectuales que pertenecieron al partido (cuando los pensadores abandonan un grupo al que apoyaron es que algo huele mal en sus filas), aunque algunos de aquellos y aquellas intelectuales siguen ideológicamente fieles al sandinismo a través de un “Movimiento Renovador” que al no tener posibilidades electorales prefiere dar su apoyo al partido liberal, al enemigo. Claro que la contradicción, repetida en la historia de muchos países, es que en el partido liberal militaban igualmente Sandino y Somoza, su asesino.
El Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) volvió a ganar las elecciones presidenciales hace dos años, casi treinta después de su victoria armada sobre el último de los Somoza. Pero ahora son otros tiempos, muchos de los antiguos sandinistas están decepcionados, y otros muchos son jóvenes violentos que sólo están ahí porque anhelan hacer otra revolución. En 1999 viví en Nicaragua casi todo el año; una noche estaba tomando guaro con un grupo de sandinistas que había contratado, me explicaban muchas traiciones que, sentían, les estaban haciendo los diputados del Frente, por entonces en la oposición; pregunté por qué los seguían votando pues, y el líder de ellos respondió: porque si no seríamos banquete del enemigo. Desde hace años los dos partidos principales, PLC y FSLN, se han venido sentando en la misma mesa para repartirse y comerse los escasos recursos de la pobre Nicaragua. Y el Frente, ahora que recuperó el poder, demuestra que está dispuesto a cometer la misma cantidad de abusos e injusticias, si no más, que cometió el PLC cuando ocupó el gobierno, y seguramente le gustaría establecer una dictadura tan feroz como la del somocismo contra el que combatió, o mínimo como la que aún se mantiene en Cuba; o como la que persigue Chávez en Venezuela, que después de las elecciones municipales “bolivarianas” continúa regalando gasolina a los países donde mandan sus compinches, y en cambio procura que no llegue a los estados de su propio país donde ganó la oposición.
Me ha tocado vivir ahora en Nicaragua las elecciones municipales. Los liberales insistían desde hacia meses en que habría fraude. Al día siguiente de las elecciones había demasiadas evidencias como para negar el fraude con demostraciones, entonces el Frente soltó a sus cachorros a la calle, a que hiciesen bulla, a que metiesen miedo, según dicen para adelantarse a que lo hiciesen los liberales. Durante dos semanas han tomado las calles, han paralizado gran parte de la producción, han hecho mucho ruido y han atemorizado a la oposición y a gran parte de la población. Un sandinista me justificaba el fraude con el argumento de que es lo mismo que hicieron los liberales en las legislaturas anteriores, y con el mismo argumento la corrupción, de la que conozco privadamente dos hechos concretos, pues como uno de los líderes liberales sigue siendo el presidente a quien se enjuició culpable de robo durante su mandato, parece justificarse que mientras él tenga posibilidades es lógico que lo hagan todos. Hoy es el gobierno sandinista quien ha hecho sentir su poder y ha extendido todo tipo de amenazas, pero eso no significa que no esté dispuesto a seguir negociando con la oposición para continuar repartiéndose el poder y sus beneficios. Sin importar lo que haya que ser o hacer para mantenerse en el poder. Un buen ejemplo es la frase de campaña que abunda en las calles de Managua junto al retrato de Daniel Ortega: “Cumplirle al pueblo es cumplirle a Dios”. Con esta izquierda “comunista” que se está dando ahora en América Latina, si Marx levantara la cabeza lo primero que haría seguramente es vomitar.

5 comentarios:

Unknown dijo...

Hola Richy:

No sé donde pasarás la Noche Buena ni la Navidad. Seguro que rodeado de buenas gentes que uno se encuentra en el camino. Desde aquí, desde Daganzo city, Feliz Navidad y un beso fuerte,

Anónimo dijo...

Querido Ricardo: Mis mejores energías para tu cuerpo de Luz.
Feliz Haiku 2009.
Un abrazo.
Rafael Nada

Anónimo dijo...

Resulta duro seguir creyendo en un mundo con las mismas oportunidades para todos, cuando ves que éso sólo se utiliza para tener las mismas oportunidades de abusar, de mangonear o mantenerse en el poder... tu semblanza de Nicaragua no alimenta la esperanza, pero seguiremos con las quimeras. ¡Feliz Navidad! y que la 'Fuerza te acompañe' y te traiga hasta Itaca... o lo que sea. Bs

Anónimo dijo...

Feliz todo a todos. Un beso muy fuerte. Anais

Aldo Rocamora dijo...

Riki desde el sur , buena descripciones-
Gradias